no es lo mismo

no es lo mismo

Thursday, November 30, 2006

Tiempos de un soñador



Y los pensamientos se invaden de momentos. Unos agradables, y también de esos que te mueven el presente y te dejan sin ganas de avanzar, pero que al final ellos mismos se encargan de mostrarte que son igualmente buenos.
Aún conociendo la infinita importancia que contienen las cosas y los acontecimientos, también es consciente pensar, que ninguno resulta tan drástico como el tiempo. Aunque físicamente no lo vemos, al menos podemos palparlo… Trasciende los sentidos y se torna indefinible para los razonamientos terrenales; el tiempo no pasa en vano.
Tengo ganas de volver, no lo niego. Y con el brote más profundo de sentimiento, mis ojos muestran al mundo el deseo de revivir aquellos tiempos. Volar hasta el centro mismo de esos momentos eternos, inmortales.
Y con los ojos, la voz; y con los dos el pecho, en fin, todas las formas más vivas de expresión, se hacen presentes para no dejar que lo sublime sea echado al olvido.
Reconozco que siento nostalgia, pero una nostalgia que me invita a soñar y me llena de amor.
La vida se vale de besos o bofetones para enseñarnos a esperar pacientes en su línea, dentro de su “magia”.
Seguramente este es un momento más, diferente de los otros por ser más o menos especial.
Es especial e importante para mi, sentir que estás ahí.
Que cosas tiene la vida…

Tuesday, October 31, 2006

Eterno...






Despierto, y mis ojos abiertos no alcanzan a encontrar los sueños ya perdidos, entre la turbulencia incosciente de lo letárgico.

Despierto, y el corazón hinchado de absurdas ganas, desgarra su espacio. No acepta condición alguna de ser echado al olvido.

Muchas veces le pregunté al tiempo, ¿qué perdurará mañana cuando el presente no exista, y como él, sean también vulnerables mis deseos?

Mañana, que seguramente llegará, aunque no se qué pueda resistir a lo inconcebible.

Despierto, y me invade la ambición, dispuesta a todo para apurar mis días, resuelta a matar la luz que aún mantiene mis ojos bien abiertos.

Despierto, y descubro la ironía más grande de la vida.

Vivo y muerto...

Me descubro en la mirada del infinito y en las pisadas más fuertes de un caminante que no comprende que llegó al final del camino. Necio y convencido de seguir a pie lo que le queda.

Despierto, y el sueño no se ha ido. Es el sueño eterno de existir, a pesar de todo...

...qué cosas tiene la vida.

Wednesday, October 25, 2006

segundos y años...


Hoy siento la fuerza implacable del tiempo. Hoy comprendo que jamás se detendrá a meditar los estragos. Siento el paso fugaz de sus segundos y años, que quieren agotar los intentos con "disimuladas bofetadas". Premeditado, pero con cuidado, quiere hacerme entrar en su línea de experiencias haciéndome creer que son mías, cuando con él, he conocido los vacíos más grandes de mi existencia.
Hoy que te siento aquí conmigo, tengo ganas de, por vez primera, darte la cara. Tengo ganas de caminar junto a ti sin sufrir por los acontecimientos pasados, pero aceptando mi historia.
¡Hubo un tiempo, y soñé con gloria... que ironía, lo que tengo ahora!
...qué cosas tiene la vida.

Monday, October 23, 2006

FASCINANTE SENSACIÓN


Esconde tu ser un profundo misterio, el único misterio que sin permiso puede llegar a invadir los más ocultos sentimientos.
Esconde tu ser el deseo. Las ganas de manifestar la belleza más pura, que no necesita más que un destello de mirada, para mostrarse tal como es.
"No es por amor, es con amor"
Encuentras la forma más sencilla pero tenaz, para de una sola vuelta alborotar mi ternura, y al corazón "casi cuerdo", dejarlo fascinado al límite de eso que llaman locura.
¡Qué cosas tiene la vida...!

Thursday, August 24, 2006

Más allá de las cosas


¡Pobres hombres!
No saben que arrancando los velos de las palabras misteriosas que contienen en su simplicidad todos los seres y cosas, se hallarán ante el misterio sin velos ni defensas. No entenderán absolutamente nada. No verán absolutamente nada.
El misterio es como una luz deslumbrante, capaz de apagar el resplandor de mil bombas atómicas en explosión simultánea.
Si quieres mirar de frente te ciegas, y entras en una noche que es tu noche…
Este es el punto. Y sabiendo en qué peligro se mete mi generación, quiero levantar una impugnación, quiero discutirlo. ¿Dónde está Dios?
Es como la historia del barbero que no creía que Dios existiera. Un día, discutió durante largo tiempo con un hombre sobre este tema; no podía entender cómo existía un Dios que permita tanta maldad, tantas desgracias, tanta gente sin rumbo, tantas enfermedades, etc. La discusión no dio grandes frutos, las dos partes estaban cerradas en sus ideas.
Cuando el hombre salió de la barbería vio un tipo “barbudo”, con el cabello largo y desgreñado; se devolvió y le dijo al barbero, ¡yo creó que los barberos no existen!... ¿Cómo no? ¿Y que hago yo aquí entonces?... Si los barberos existieran, no habría gente como el tipo que está afuera. Los barberos si existen, lo que pasa es que la gente no viene a mi…
Que clara respuesta, ¿no lo creen?
No temo que Dios destruya el mundo. Temo que lo deje vagar como un ciego por las estepas cultas y refinadas de nuestra civilización. No temo que lo deje sin pan ni medicinas. Temo que lo abandone a la tentación de la fe.
Casi siempre tomamos el camino de la humildad sólo cuando nos vemos derrotados, y sin saber ya hacia donde volver la cabeza. Es triste pensar que tal vez busquemos a Dios sólo porque ya no sabemos donde ir; y sólo cuando, traicionados por la belleza, la salud o las ilusiones, nos hemos vuelto disponibles para el único que nos ama todavía, y que se sirve de nuestras frustraciones para obligarnos a entrar finalmente en el reino de su amor.
Por eso quiero discutir con Dios.
Por eso quiero decirle: Dios mío, ten compasión de tu pueblo y no te muestres tan severo con él.
Ya sé que tu pueblo ha perdido el gusto de la tierra prometida por culpa de las comodidades, del gusto de la tierra en que vive; pero ten paciencia, Señor, ten paciencia un poco más, y acabará comprendiéndolo.
Ya sé que gasta demasiado para subir hasta los astros, y deja morir de hambre a tantos hermanos suyos; pero, ya verás cuanto bien derivará de ahí. Ya verás cómo desde el cono de una cápsula espacial alguno de ellos cantará tu grandeza.
Ten compasión del hombre. Yo tengo fe en él, aunque he visto hombres de todos los colores.
Y te pido, sobre todo una cosa: que no lo tientes demasiado en su fe, que no lo sometas a tan tremenda prueba.
Y si es él quien se mete en esos líos con su orgullo de niño que quiere saberlo todo, dale algún escarmiento, pero no lo abandones en su noche.
Temo por el hombre que ya no cree en su Dios.
Hazle sentir tu mano a través de las cosas; hazle advertir tu presencia tras el velo de todas las presencias.
"Envíanos, Señor, todas las desgracias que pueda acumular tu justicia, pero no nos des la de ser los últimos testigos de lo invisible."

Orientado en: Más allá de las cosas, Carlo Carreto

Thursday, August 10, 2006


10/08/2006
"Tonto corazón..."
Pocas veces mi corazón se vió envuelto en un laberinto como este. Un laberinto que en sus confusos caminos libera los más ocultos y peligrosos "deseos humanos".
No es fácil darse cuenta que la vida tiene cosas buenas, sobre todo cuando este laberinto, cada vez parece atarte más, y tu debilidad es presa fácil del más audaz de los deseos, "el miedo".
Pocas veces vi mi corazón en tal estado de tristeza. Por momentos lo veo desaparecer en un gris y nublado cielo de insertidumbre, que lo quiere obligar y obligar, quiere que deje brotar el miedo disfrazado de amor, únicamente para cumplir con "los otros".
Este corazón que aún cree en la humanidad, se sumerge cada vez más en el "despiadado, pero aceptado, mundo humano". Tonto corazón que deja pasar las experiencias, como un soñador despierto en el más profundo de sueños.
Pocas veces pude ver el corazón... aunque he visto las personas.!
¡que cosas tiene la vida!

Friday, August 04, 2006














12/06/06

Al final del camino...
La melancolía que me invadiera aquel día. Ese que mi corazón recuerda como el presente aterrador que llena de ataduras un agotado sentimiento, que como él, nadie más para saber que está en el portal del descenso, al borde de un avismo, que aunque poco profundo, es suficiente para atrapar mis más bajos instintos y convertirlos... en nada.
...¡que cosas tiene la vida!

Wednesday, July 26, 2006


"Una llamada al amor"

"Cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha"(Mt 6.3)

Ocurre con la caridad lo mismo que con la felicidad y la santidad: no puedes decir que eres feliz, porque dejarás de serlo en el momento en que seas consciente de tu felicidad. Lo que tú llamas "experiencia de la felicidad" no es tal, sino la emoción y el estremecimiento causados por una persona, una cosa o un acontecimiento. La verdadera felicidad es in-causada. Eres feliz sin razón alguna. Y la verdadera felicidad no puede ser experimentada. No pertenece al ámbito de la conciencia, sino al de la espontaneidad.

Lo mismo puede decirse de la santidad. En el momento en que seas consciente de tu santidad, ésta se degradará y se convertirá en santurronería. Una buena acción nunca es tan buena como cuando no tienes conciencia de que lo sea, cuando estás tan enamorado de la acción que no eres consciente de su bondad y su virtud; cuando tu mano izquierda no tiene ni idea de que tu mano derecha esté haciendo algo bueno o meritorio; cuando, simplemente, lo haces porque te parece lo más natural y espontáneo del mundo.
Emplea algún tiempo en tomar conciencia de que toda la virtud que puedas observar en ti no es virtud en absoluto, sino algo que has cultivado, producido y hecho madurar en ti de manera artificial. Si fuera auténtica virtud, la habrías tenido siempre y plenamente, y te resultaría tan natural que ni siquiera se te ocurriría pensar en ella como en una virtud. De manera que la primera cualidad de la santidad es su carácter espontáneo.
La segunda cualidad es su facilidad, o no necesidad de realizar esfuerzo alguno. El esfuerzo puede modificar el comportamiento, pero no puede modificarte a ti. Fíjate bien: el esfuerzo puede acercar el alimento a tu boca, pero no puede producir el apetito; puede hacer que te quedes en la cama, pero no puede producir el sueño; puede hacerte revelar un secreto a otra persona, pero no puede producir la confianza; puede obligarte a hacer un cumplido, pero no puede producir la verdadera admiración; puede realizar actos de servicio, pero no puede producir el amor o la santidad. Lo más que puedes conseguir a base de esfuerzo es represión no verdadero cambio y crecimiento. El cambio es fruto únicamente del conocimiento y la comprensión.
Comprende tu infelicidad. y ésta desaparecerá y dará paso al estado de felicidad. Comprende tu orgullo, y éste se vendrá abajo y se transformará en humildad. Comprende tus temores, y éstos se disolverán, y el estado resultante será el amor. Comprende tus apegos, y éstos se desvanecerán, y la consecuencia será la libertad. El amor, la libertad y la felicidad no son cosas que tú puedas cultivar y producir. Ni siquiera puedes saber en qué consisten. Lo más que puedes hacer es observar sus contrarios y, mediante la observación, hacer que éstos desaparezcan.
Hay una tercera cualidad de la santidad: no puede ser deseada. Si deseas la felicidad, estarás ansioso por obtenerla y te sentirás constantemente insatisfecho; y la insatisfacción y la ansiedad matan la misma felicidad que pretenden conseguir. Si deseas para ti la santidad, estarás alimentando la misma ansia y ambición que te hacen ser tan egoísta, tan engreído y tan impío.
Hay algo que debes comprender: existen dentro de ti dos distintos "motores" para el cambio. Uno de ellos es la astucia de tu propio ego, que te incita a hacer esfuerzos para ser distinto de lo que se supone que debes ser, de modo que dicho ego pueda reforzarse y autoensalzarse. El otro "motor" es la sabiduría de la naturaleza, gracias a la cual te haces consciente y capaz de comprender.
Eso es todo cuanto tú haces: dejar el cambio -el tipo, la modalidad concreta, la velocidad y la oportunidad del cambio- en manos de la realidad y de la naturaleza. El ego es un estupendo técnico. Eso sí, no es creativo. Lo que hace es coleccionar métodos y técnicas y "producir" personas supuestamente santas: personas rígidas, consecuentes, "mecánicas" y faltas de vida, tan intolerantes para con los demás como para consigo mismas; personas violentas, que son lo más opuesto que pueda imaginarse a la santidad y al amor; esa clase de personas "espirituales" que, conscientes de su espiritualidad, son capaces de crucificar al Mesías.
La naturaleza, en cambio, no es técnica, sino creativa. Dejarás de ser un astuto técnico y pasarás a ser creador el día en que domine en ti el verdadero abandono, es decir, la ausencia de codicia ambición, de ansiedad y de obsesión por el esfuerzo, la ganancia, el triunfo y el éxito. El día en que no tengas más que una profunda, viva, penetrante y vigilante conciencia que haga desparecer de ti toda necedad y egoísmo, todos tus apegos y tus miedos. Los cambios que resulten no serán producto de tus proyectos y esfuerzos, sino fruto de la naturaleza, que desdeña tus planes y tu voluntad y que, consiguientemente, no da cabida a sentido alguno del mérito o del esfuerzo, ni siquiera al conocimiento por parte de tu mano izquierda de lo que la realidad está haciendo por medio de tu mano derecha.
"Anthony de Mello"